¡Hacia la tierra de los vikingos!

New Jersey, Estados Unidos. Miércoles 9 de febrero (2011):
Otra de mis locuras empieza hoy: voy para Noruega y si Dios quiere, posteriormente Italia. Duración estimada: 26 días.

Hoy salimos a eso de las 05:20, no hace frío, poco tráfico, mucha emoción y tía Chanchita y la señora redonda me despiden. Llegué al aeropuerto a eso de las 06:00 y tío Juve fue el último de la familia que tuve el gusto de ver. Arreglo los enredos: impuesto ($26) y registro de equipaje. Me entero de que el avión tiene un atraso de 45 minutos (salida a las 09:45 en lugar de las 09:00) y me dedico a conocer el aeropuerto Internacional Juan Santamaría a fondo... En total son 18 puertas pero no encontré la 13 y 14 por ningún lado... ¿será que también se las robó algún expresidente?

Me agarro con asuntos pendientes: activar tarjeta de crédito, hablar con don Randal, molestar a Anita con un asunto que quedó pendiente para OAF (¡perdón!). La espera se hace fácil y nos subimos al avión.

Salimos con un atraso de más de una hora (10:15) y llegamos a Newark a eso de las 16:00, hora local. Fue un viaje aguevadísimo, la cabina hervía y no pude mover los pies por mi propia culpa. Se me hizo eteeerno. Algo lamentable es que la ventana quedaba incomodísima y para poder ver algo por ella, tenía que retorcerme. Era la persona de adelante la que tenía el control de la cortina, por lo que de buenas a primeras no obtuve lo que quería.

Al empezar a descender, me encontré con la vista que have valioso el elegir el campo de la ventana: un amplio y nevado espacio color blanco y azulado, algo completamente novedoso para mí.

Ya en el aeropuerto, empieza el bateadero. Por alguna razón, los funcionarios del lugar no les dio el coco para entender mi inglés, por lo que tuve que recurrir a otros medios más primitivos de conversación pero que en general, resultaron más efectivos con mis interlocutores: rascar el suelo, golpes de pecho, aullidos y gruñidos, etc.

La verdad no estoy seguro de si todo ha salido bien, pero me encuentro esperando aproximadamente desde las 17 horas a que salga mi vuelo hacia Oslo.

Hice un recorrido bastante detallado de toda la ala C (exclusiva de la aerolínea Continental Airlines). Casualmente me encontraba sacando unas fotografías de las pantallas que indican el estado de los vuelos. Habían unas personas viendo las pantallas y con sorpresa descubrí que eran Waimang, Alejandra y Daniel. Ellos llegaron antes que mí y según me dijeron, fueron a visitar New York mientras esperaban.

No pude pegarme a internet, así que escribí todo esto en un editor de notas.
Creo que de hoy no quedará más que reportar. Todo apunta a que este vuelo no está atrasado y que saldrá con puntualidad. Me espera una noche en el avión moviéndome a favor de las líneas UCT, lo que conseguirá que logre viajar 7 horas 30 minutos pero que llegue a Oslo 13 horas 35 minutos después de haber salido de Newark. Está será la primera vez que cruce el Atlántico, veremos qué tal.